26 marzo 2007

"Callate pelado"

Minishow de Rock para niños en la Isla de los Inventos (Rosario) - 18/03/07
Crónica del Polaco


Mateo le dice al Teto “callate, pelado”. El nene ya debe tener 6 años y el Teto no sabe que se crió en Italia con El Regreso del Coelacanto como parte de la banda sonora del exilio económico de los padres. No obstante, el Teto debe estar lo suficientemente nervioso y distendido al mismo tiempo como para ignorar al pibito y seguir ordenando su tropa de minibailarines de 1 a 6 años. Estamos en el escenario de la Isla de los Inventos abriendo un show muy extraño, destinado a niños, pero con los padres, y también a padres con sus hijos.
Al borde del otoño, tipo 6 de la tarde, en ese galpón de la muni los pibes van de un lado para otro jugando en distintas estaciones, no me fijé mucho a ver qué hacían. Algunos pibes de la banda, sin embargo, son medio veteranos en esto: Huevo deja que Julia corretee mientras persigue los pasos de su Mateo, que recién tiene un año y dos meses, todavía no habla pero tampoco conoce el miedo; el Teto espera que venga Sarita. Mientras, van cayendo más padres rockeros, algunos también músicos, con sus crías. Y mientras alternamos saludos miramos la hora para ir al camarín, que es una oficina atrás del escenario.
Una vez arriba, un pibe que trabaja en el lugar nos presenta con una especie de reportaje en vivo sobre nuestros instrumentos menos rockeros como la mandolina, el violín y el acordeón. Y después arrancamos, entonces, con “un tema para los papis”, mientras Huevo empieza con su clase de música, ortografía e instrucción cívica entre tema y tema. Parece que el galpón rebota bastante, ¿alguien entenderá lo que dice “Tres tiros”?
Dos minutos y chirla más tarde, termina el primer tema del minishow de ¿tres?
Ahora una breve explicación para que se entienda el nuevo engendro de Huevo: “Barnito Mestre”, lo que sería una mezcla de dinosaurio Barney sin traje con Nito Mestre sin Charly García. La canción, que va a abrir una suite de música-de-películas-cartoons-mariaelenawalsh-etc, es una partecita de “Confesiones de Invierno” con la horrenda canción el dinosaurio Barney. Cuando está arrancando con la banda aparece el Teto, interrumpe todo y pide echar a Barney. Así empieza una versión machaquera de “Bob Esponja”, que deja paso a las melodías principales de los Simpson, el Inspector, Merrie Melodies y terminamos con una estrofa de “En el país de no me acuerdo” medio cruzada. Sale bien y todos aplauden, algunos tan extrañados como nosotros. Falta el último tema.
Entonces el Teto llama a los pibitos para avisarles que ahora vamos a jugar a que mientras la banda toca “Bailen Giles”, él baila y todos lo tienen que imitar. “Callate, pelado”, dice Mateo y yo lo escucho. Un minuto más tarde el pibito tiene la mirada fija en los movimientos del Teto. Está concentradísimo en copiar exactamente sus movimientos.
Los chicos bailan, los padres se cagan de risa y nosotros, tocamos como podemos, no es un marco muy habitual. De pronto, la excitación es superior a cualquier otro recital de rock. Hay adrenalina, pero sin histeria. Con todo lo bueno que uno tiene cuando recién empieza y después empieza a perder a lo largo del camino. Hasta que otra vez aparecen los pibes en la vida.
El tema termina pero no. El Teto _tan agitado como lo estaría yo, que debo pesar como 40 kilos más_ explica lo que viene ahora. Nosotros vamos a tocar y “ustedes”, los niños, tienen que echar al que siga tocando después de escuchar la orden de parar. Sería algo así como el juego de la silla, pero no. “Un, dos, tres, cua…bailen giles, bailen giles, bailen basta”. Todos cortamos. Los chicos no saben a quien rajar. Vamos de nuevo, “un, dos, tres, cua…”.
Como habíamos convenido, Maxi sigue tocando, entonces los pibes se abalanzan sobre el escenario: “El, él, él”, lo señalan, como si todo se tratara de un espectáculo para niños de verdad. Esto tiene olor a misión cumplida, a una difícil prueba superada. Somos una banda de rock, de alguna manera no estamos preparados para esto. Pero está buenísimo.

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