01 noviembre 2006

Ni la lluvia, ni el viento (Correa realmente Suena)

(crónica de Esteban Sisiani, del grupo organizador del festival)



A pesar de las advertencias del Weather Channel y del Servicio Meteorolólogico Nacional, el viento de la Patagonia se llevo todas las nubes a último momento. Un viento Revelde, acompañado de un raro pez llamado Coelacanto y dejaron ver en el cielo (y en el escenario) un Degradé de colores que quedará en la retina de toda la gente de la zona por unos años…. El pronóstico del tiempo se equivocó otra vez…
Si, señores… El 2º Festival Popular de Bandas "Correa Suena", organizado por el Centro Cultural "La Fábrica" se hizo… ¿Creías que se había suspendido? Bueno… Si es así te perdiste todo esto:
La banda que abrió el show fueron los locales Ness, que ensaya en la sala comunitaria del Centro Cultural "La Fábrica". 5 temas al hilo, donde se desplegaron con covers de Los Rodríguez, Andrés Calamaro y "No llorés por mí Argentina" de Serú Giran.
A media tarde y cuando la gente se empezaba a acercar subió al escenario La Viela, banda invitada de la localidad Salto Grande en su primera presentación en vivo.
Volvieron las bandas de Correa y les llegó el turno a Randax, cuando ya esta llegando la noche. Entre sus lista se destacaron "Yo, Caníbal", cover de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota y "Paisano de Hurlingham" de Divididos
Continuaron desfilando las bandas locales y fue el turno de Contrabando, donde se mostraron con una muy buena versión eléctrica de "Pepe Lui" de Divididos, mas covers de Attaque 77 y "Perseguido" de Cielo Razzo.
Rondaban las 8 de la noche y subió al escenario la última banda de Correa, que le daría paso a las bandas invitadas de Rosario. "Doble Mecha" arrancó con "Ando Rodando" de Gustavo Santaolalla, siguieron con un tema propio: "Dónde estés" a la que le siguió un versión impresionante de "Génesis" de Vox Dei que dejó al público boquiabierto.
Doble Mecha continuó su set con "Plan B: anhelo de satisfacción" de Catupecu Machu. Luego sorprendieron con "Sin Fortuna", un hermoso blues de producción propia que se ganó los aplausos de las gente que ya estaba palpitando los shows de la bandas rosarinas. Llegó las despedida con "El Tren de las 16" de Pappo's Blues que hizo cantar a gran parte de la gente presente.
Ya con la noche sobre Correa y el escenario llegó la primera banda rosarina, "Degradé", subieron y desplegaron su arsenal de canciones que pasearon por sus tres discos: "Ratitas", "Agua" y "Arida". El público agradecido… Como no podía ser de otra manera los más aplaudidos fueron "Acuario" y la espectacular versión de "Los Dinosaurios".
Terminó el set de Degradé y saltaron al escenario los integrantes de "El Regreso de Coelacanto". Arrancaron con el disco "Seguí participando" y con el tema "El Sueño del utilero" y se ganaron al público… de entrada…
Siguieron con "Otro Gordo se fue" y "Chicos". Hicieron cantar a todo el público con "Te conozco de algún lau". Con "Bailen Giles" levantaron a la gente y las hicieron bailar hasta el final del show que se completó con "Tres tiros", "El Lado Claro"(?). Dedicaron "Padre de todos los sangüches" a los asadores que estaban cocinando los chorizos para hacer los choripanes.
Ya llegaba el final, pero todavía les quedaban temas… temazos… "Humillados frente a la hinchada" y "Di que sí" le dieron paso al, todavía inédito cover de Sumo, Crua-Chan. Un cierre espectacular con un tema espectacular que quedó en sonando en loa oídos de todos los que los escucharon esa noche.
Asi se le dio paso a la banda que iba a cerrar el 2º Festival Popular de Bandas "Correa Suena": Patagonia Revelde.
"Telarañas" abrió la puerta a una catarata de temas que dejaron a todos los presente con ganas de escuchar más. Siguieron con "EL Condor" y "Chacarera". El amor a primera vista de la gente con la banda se terminó de consolidar cuando sonó "1000 kilómetros".
Los coros dejaron prever que se venía "Caracas", con este tema quedo disipada toda duda, Patagonia Revelde se ganó a la gente de Correa y los de las localidades vecinas que estaban presentes.
El set continuó con "A Cada instante", "Canción Inútil" de Attaque 77, "Para bien o para mal" y "Patagonia Revelde".
La genial versión de "Sueño con serpientes" conquistó a los muchos amantes de Silvio Rodríguez que estaban en el festival. El penúltimo tema: "Como en casa", dio pié para el cierre con el tema que hoy esta rotando en todas la radios: "Mi Corazón", que levantó a toda la gente, hasta los que no se habían movido desde que llegaron.
Así fue el 2º Festival Popular de Bandas "Correa Suena". Más de 500 personas pasaron por el festival y se llevaron un recuerdo imborrable de un show y de bandas de muy buen nivel.
¿Te lo perdiste? No te preocupes… en 365 días hacemos otros... pero no aseguramos que este tan bueno como este…


Los destacados del "Correa Suena"

Piel de Gallina:
Los Dinosaurios por Degradé
Los inéditos (grabalos que no los hacen más):
Crua – Chan (Sumo) por El Regreso del Coelacanto y Canción Inútil (Attaque 77) por Patagonia Revelde.
El tema que levanto a todo el mundo:
Mi Corazón (Patagonia Revelde)
Lo "grosso":
Ninguna pelea
Las mejores Versiones:
Pepe Lui (Contrabando), Genesis (Doble Mecha).
Las gracias totales:
A todo el staff de "Patagonia Revelde"; de "El Regreso del Coelacanto" y "Degradé"; a Vicky de prensa de Patagonia por la difusión del festival; a Mario Luna de El Camote Records; a Doble Mecha, Contrabando, Randax y Ness de Correa; a La Viela de Salto Grande; a la gente; a los vecinos que nos bancaron hasta las 12 de la noche; a los comercios de Cañada de Gómez y Correa; a los medios de comunicación que nombraron o comentaron sobre el festival; a las personas que se acercaron a colaborar desinteresadamente con el Centro Cultural "La Fábrica"; a los cuerpos aguantar la presión y los nervios… a todos ellos y hasta los que le comentaron a algún amigo sobre el festival, muchas gracias.

Esteban Sisiani
Centro Cultural "La Fábrica"
Correa, Santa Fe


"Ciertos fuegos no se encienden frotando dos palillos"

Una hermosa noche sonó en Correa

(Crónica de El Polaco)


De repente parecíamos marcianos arriba del escenario ubicado en un cruce de calles en un pueblo que parecía fantasma, al menos de este lado de la vía. El festival transcurría asombrosamente bien, con ese gustito tan particular de las cosas hechas a pulmón, por amor al arte. Por ese amor que algún día nos llevó a tomar los instrumentos y tratar de hacer música, ese mismo amor que con los años parece flaquear a medida que uno va confundiendo mañas con profesionalismo.
Pero en el festival Correa Suena!, que hicieron unos chicos de esa localidad que está a unos 60 kilómetros de Rosario, no se podía pedir más. El sonido y las luces de El Camote que habían conseguido los pibes era óptimo, el escenario también. El marco de público era lo que se esperaba: mucha gente, un tanto tímida. Y la banda tenía la dosis de tranquilidad, miedo e incertidumbre justa para que el show termine saliendo digno de recordar por lo bueno.
Huevo recordaba, en la previa, mientras sonaban las bandas de Correa y cada tanto metían algunos covers que sonaban como en los discos, aquel extraño toque en una escuela de San Javier, cuando antes que nosotros tocaron unos pibes muy rockeros que hacían cumbia y otra banda de covers, que los shows con temas propios y desconocidos, como los nuestros, son difíciles de remar. Pero el aplauso que una hora después recibía Degrade daba la pauta de que la mayoría de la gente tenía los cuerpos quietos pero las orejas muy atentas. Y esa pauta implicaba que si se quedaban a ver nuestro show, que venía inmediatamente después, era porque les gustaba.
El escenario estaba ubicado en la bocacalle donde se cruza un bulevar y una calle que tiene paso a nivel. En una esquina estaba el tablado y en la otra el operador de sonido. Al lado del escenario estaba el Peludo operando monitores. Y en un semicírculo gigante se ubicaban unas 300 personas que dejaban un gran espacio en el medio. Muy grande como para soportar la tentación de hacer algo como para que se acercaran, quién sabe para qué, si se escuchaba bien en todos lados.
Antes de arrancar uno de los pibes que estaban en la organización nos presentó como “unos grosos que hacen una música increíble y que la tienen reclara o algo así”, esas frases que uno nunca parece dispuesto a refrendar, menos cuando está enchufando los instrumentos y seteando a las apuradas con todo sonando al mismo tiempo, y después repasando la afinación en el escenario porque al aire libre las cuerdas se tildan si uno las afinó en salón de la peña que quedaba a media cuadra. Además los grosos teníamos bastante minutos más todavía seteando los instrumentos. Y además teníamos que bajar del escenario para escuchar la arenga de Huevo. Arenga que en este caso no lo fue, porque Huevo dijo algo así como que a él no le interesa arengar sino alimentar el espíritu. En fin, de vuelta al escenario, había una frialdad que no daba ni para decir buenas noches. Entonces viene la primera demostración para todo el público de Correa de lo grosos que éramos en realidad: el Teto arranca con el Utilero y sopla la armónica. Pero no encuentra la nota. Antes de darse cuenta de que tenía las armónicas al revés –tiene que usar dos para tocar cinco notas porque una la tiene rota y no puede conseguir el repuesto desde hace un año-- siguió buscando la nota. Y no la encontró hasta que no dio vueltas las armónicas. Primer chiste, de la noche, atino a decir y pido aplausos, como en el show del encuentro de jóvenes en el que a Maxi no le sonaba el violín cuando ya el tema ya estaba haciendo saltar a la gentuza. Pero antes de pedir aplausos, aparece la nota y arranca el Utilero.


Es una noche muy linda y está todo bien. Nos viene bien tocar, sobre todo luego de algunas cosas que la semana anterior en Dixon nos habían dejado con gusto a poco. Aquel show había sido muy bueno en lo musical, incluso más allá de los errores, demasiado bueno. Pero algo nos había faltado y no sabíamos qué era ni adónde buscarlo. Tal vez teníamos las expectativas mal puestas, es decir, nada que ver con lo que tenemos ahora, donde las expectativas no molestan, casi ni existen.
En los shows suelen suceder cosas que impiden disfrutar el momento. Por ejemplo, cuando arranca el Utilero, me doy cuenta de que tengo un problema de monitoreo: me falta la guitarra de Huevo. Y mientras voy cantando, voy pensando: qué pasará cuando venga Te Conozco, por ejemplo, y no tenga referencia. Empiezo a pedirle al Peludo viola de Huevo en el monitor, mientras el Teto tira el segundo riff, y claro, cuando empieza El Gordo no tengo otra cosa que la viola de Huevo. Habrá que esperar el próximo hueco y empezar con las señas: primero busco con la mirada al Peludo, después señalo a Huevo con la cara, porque no puedo dejar de tocar, y cuando la mano derecha me lo permite señaló el monitor y hago una seña como para que lo baje. ¿Habrá entendido?, me pregunto, mientras canto. La viola baja, pero necesito menos. Ahora está todo bien y hago veinte veces la seña, como si no me lo hubiera entendido la primera vez.
Entonces ya se puede empezar con los “chistes”. No me acuerdo si el Teto dijo algo como para que la gente se acercara, sí recuerdo que ensayo una chanza con los 15 pibes que se habían arrimado al escenario y pido que formemos una figura geométrica para que desde el aire el dictador de Corea del Norte (es Kim Il Sung, creo, pero en ese momento no me acuerdo su nombre) “entienda que no queremos un conflicto nuclear”. Entonces suenan unos aplausos, como si hubiera dicho algo políticamente atinado o coherente con el contexto, cuando lo único que dije fue una boludez de ocasión para que nadie lo entendiera y yo pudiera sentirme más seguro para seguir cantando.
Entonces empiezan a verse caritas y gestos en algunas barritas, pibes que se acercan al escenario como si fuera toda una decisión. Como si la banda en ese momento fuera algo tan especial que no podían perdérselo, que los obligaba a salir de su rutina en la que, como nos habían dicho los organizadores, hacía muchos años que no había un escenario de rock tan grande en Correa.
Y de pronto estaba claro que sería un show muy especial, tanto arriba como abajo del escenario. Y de pronto hubo una apuesta cuando anunciamos que el próximo tema sería Bailen Giles: el grupo de “adeptos” se sienta masivamente en la calzada y hacen señas de que no piensan darse por aludidos. Eso no le importa mucho al Teto, que empieza sus automáticos y ridículos pasos de baile. No nos queda otra que bancarlo y bailamos, porque es lo que pide la canción, y a medida que avanza el tema empiezan a pararse algunos. Ya está claro que los giles estamos arriba del escenario y de pronto los chistes empiezan a ser reemplazados por recurrentes “gracias”. También ayuda el tablón de choris que juramos atacar ni bien nos bajemos. Y allá vamos, mientras el escenario ya es de Patagonia Revelde y, como no podía ser de otra manera, sigue la fiesta en Correa.
Muchas gracias chicos, nos vemos la próxima...